Wednesday, August 20, 2008

Burning down the house

Olvido


He atravesado un periodo de extrema estupidez últimamente. Meter los dedos en la boca de un gato que sufría un ataque epiléptico sería el ejemplo reciente más espectacular. La otra noche estaba haciendo la cena, acababa de quitarme las vendas de los dedos.


Dan llegó a casa cuando estaba empezando. Lo seguí al comedor para que me hablara de su primer día de trabajo. Me hablaba de sus compañeros de trabajo, de la diferencia de su trabajo anterior y éste. Estábamos charlando, decidiendo entre los pimientos fritos que yo iba a preparar o ir a un restaurante chino cuando noté un olor.


Eché a correr por un pasillo lleno de humo, en una cocina que despedía cortinas de humo. Mierda. Ahora sí que voy a tener que volver a Nueva Zelanda, pensé, he quemado la casa. Sin embargo, gracias a mi propósito de intentar perder peso había usado muy poco aceite. Afortunadamente no había tanto como que salieran llamas de la sartén que iba a utilizar para freír los pimientos.


Con los ojos llenos de lágrimas por el humo, apagué el fogón, aparté la sartén y cerré la puerta con fuerza. Después tuve que volver y abrir la ventana a causa de una sugerencia caballeresca. Con la garganta en carne viva empecé a toser, nos echamos a reír y decidimos que ir a cenar al chino era una buena idea.


Forgetfulness


I have been having a streak of extreme stupidity lately. Putting my fingers in the mouth of a cat having an epileptic fit would be the most spectacular recent example. The other night I was preparing dinner, my fingers recently out of their bandages.


Dan came home just as I was getting things started. I followed him into the lounge to hear about the first day at his new job. He was telling me about his co workers, the difference between his old job and the new. We were chatting away, deliberating between the fried peppers I was going to cook or going out for Chinese when I noticed a smell.


I hit the ground running, into a hallway filled with smoke, into a kitchen belching out sheets of smoke. Shit. Now really do have to go back to NZ I thought, I have set the place on fire. However due to a decision to try and loose weight I had used very little oil, luckily there wasn’t enough to ignite the pan I was going to use to fry the peppers.


Eyes streaming I turned off the element, removed the pan and slammed the door closed. I then had to run back in and open the window due to gentlemanly suggestion. Throat raw I started coughing, we started laughing and decided Chinese for dinner was a good idea.

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