Verano
Siempre me han gustado las libélulas, siempre me han parecido mágicas.
De niña solo las veía cuando iba a pasear por el bosque y me fascinaban, con su
zumbido y su vuelo suaves. Parecía que solo existían para ser tan hermosas como
eran. El fin de semana pasado estuve en casa de los padres de Dan. Estaba
sentada al borde de la piscina, mirando el jardín, cuando vi que cada brote de
bambú del jardín tenía una libélula.
Me acerqué mucho a esta, que se alejó volando cuando me aproximé
por prmera vez pero luego volvió grácilmente. Giró la cabeza hacia mí cuando la
cámara hizo click por primera vez y luego me observó. Me sorprendió lo
tranquila que estaba, moviendo las alas de vez en cuando. Luego, cuando
fui a nadar había una libélula en la piscina, quizá seducida por su azul
brillante: esperé que no fuera la que había fotografiado antes.
Summer
I have always liked dragonflies, they always seemed so magical. When I was a child I only ever saw them when I went on bush walks, and they always mesmerized me, with their gentle buzzing and hovering. They seemed to exist just to be beautiful. I spent the other weekend at Dan’s parents’ place. I was sitting outside by the pool looking out at the garden when I noticed that each bamboo rod in the garden had a dragonfly sitting atop.
I got right up close to this one, it flew off a short distance when I first planted my feet but then gracefully drifted back. It swiveled its head toward me when the camera first clicked and proceeded to watch me. I was surprised how calm it was, its wings flapping forward occasionally in the wind. Later when I went swimming there was a dragonfly floating in the pool, perhaps seduced by its sparkly blueness, I hoped it wasn't mine from earlier.